No publico esto con animo de menospreciar al Cuerpo de la Guardia Civil, pues todavia quedaran muchos (espero) que tratan de hacer una eficaz labor, pero cartas como estas y rumores o noticias como "El cuerpo se rige por un sistema de puntos, donde se premia con 1 punto por evitar un accidente y con 4 por sancionar por exceso de velocidad o conductores ebrios"
Fuente Original: El Antiradar
El Antirradar, 19 de mayo de 2011.
Hoy hemos sabido que la Unión de Guardias Civiles ha denunciado ante el Juzgado de Instrucción y ante el Togado Militar al capitán del Cuerpo Claudio Argüello, jefe del Subsector de Tráfico de Soria, por circular a 207 por hora en una carretera limitada a 120. Detrás de esta denuncia subyace el hartazgo de los subordinados de Argüello, hartos de sus vejaciones y decisiones arbitrarias. Llega al mail de El Antirradar una carta abierta al Capitán Argüello de uno de sus subordinados, que explica el carácter de este “Torrente de la Carretera". Lo reproduzco a continuación íntegramente, y que cada cual juzgue. Lo ha titulado el remitente “El Capitán no tiene quien le escriba”.
“”El Capitán no tiene quién le escriba. Y no me extraña. El Capitán de Soria es un sujeto impresentable, es el adjetivo más suave que se me ocurre para definir al personaje que ha dejado al subsector de tráfico de Soria a la altura del betún. El Capitán que te recibe en su despacho con un chupa-chups en la boca, por alguna razón le encantan. Y se ríe de ti en tu misma cara cuando le preguntas por tu productividad mientras te enseña su nómina a carcajada limpia y grita bien alto, que lo oiga toda la planta del subsector... ¡Mira lo que cobra tu Capitán! Acto seguido te despacha con cajas destempladas y te dice que no le comas la cabeza.
El Capitán de Soria es uno de esos tipos grandes, con bigote. Del que se diría con aspecto de mariachi, con cara de buena persona. No se engañen. Es sólo la cara.
El Capitán de Soria es uno de esos oficiales a los que es mejor evitar, a los que no puedes confiar ninguna inquietud del Servicio y ni plantearse aquello de la cuestión personal. Ni un sólo atisbo de compasión podremos encontrar en una persona que usará cualquier comentario particular o confidencia que se le haga para airearlo en público con el único fin de ridiculizar al mentado. Uno de esos jefes que cuando uno sufre un accidente pregunta por la moto o el coche que ha “destrozado” y amenaza con el inmediato correctivo mientras al otro lo trasladan al hospital. Una joya.
El Capitán de Soria es justiciero e imparte su ley en su subsector como el noble a los vasallos en sus tierras. Imputa a los guardias a su mando delitos con total alegría. Todos somos susceptibles de delinquir y así lo hace saber. – Te imputo un delito y me quedo tan ancho. Le encanta vocear. Cualquier divergencia sobre un delito contra la seguridad del tráfico y sus consecuencias legales, se solventa para él con esa frase. Claro, uno obedece y punto.
El Capitán de Soria es aquel que se permite el lujo de obligarte a salir con un vehículo defectuoso aunque le comuniques que está averiado y te amenaza con un correctivo si vuelves a mencionarlo. Que te planta a 5 grados bajo cero tirado en una carretera a oscuras en la que no pasa nadie en horas y se cabrea porque no has puesto una triste denuncia, que te humilla en público, te desprecia, no atiende a razones y está tan investido de autoridad que se cree por encima del bien y del mal.
El Capitán de Soria es aquel del que sus superiores tienen una opinión formada y han oído quejas y no pocas y sin embargo no han hecho nada en años para pararle los pies. Tanto es así que estoy convencido que esta vez cree que no es diferente y está seguro de volver a reirse del universo mundo y salir indemne de nuevo.
Estimado Claudio, siguiendo su ejemplo de rectitud y justicia, unos compañeros por fin se han atrevido a plantarse en un juzgado y denunciarle en mi opinión por una nimiedad, porque ni es la primera vez que lo hace ni será la última y porque sabe que de todas las que ha hecho, esta es la chorrada más grande por la que podía haber caído. ¡Qué menos que la expulsión de la agrupación de tráfico, espero! Expediente con el que una y mil veces me amenazó a mí y a otros tantos compañeros por un “quítame allá esas pajas” y del que le dije -Un día será Usted el que se vea en esta situación y se encontrará sólo. Sólo como un perro.
Apuesto que ese día ha llegado y que ya ha recibido muestras de tranquilidad por parte de la jefatura del Sector. Es la calma que precede a la tormenta, porque no se equivoque, los oficiales superiores no son idiotas y esta vez dudo que le dejen salirse con la suya y ya han abierto la carpeta con su nombre y la han enviado a Madrid y a la asesoría jurídica. Vaya preparando el petate, que se lo tiene bien merecido. No merece usted ni está a la altura de llamarse Jefe de todo un Subsector de Tráfico de la Guardia Civil. Nos avergüenza usted Capitán, no tiene usted quien le escriba porque se ha quedado sin amigos y son sus propios compañeros quienes le denuncian ante la Autoridad.
Sabedor de ello le escribo yo, aunque no le guste esto que le digo.
Un subordinado satisfecho."